Sobre mi – César Augusto Rosenow
Cuando descubrí que la fotografía era para siempre.
Después de más de una década trabajando como empleado, llegó un punto en el que supe que debía hacer un alto y empezar a pensar en mí. Quise emprender, lo intenté varias veces, y aunque no siempre funcionó, seguía buscando mi camino.
Un día, un tío me regaló una cámara. La tomé, apunté y disparé… y algo dentro de mí cambió para siempre. Descubrí —ya con más de 30 años— que mi verdadera pasión era la fotografía.
Desde entonces, no he dejado de fotografiar. Hoy, con más de 40 años, no me dedico a otra cosa que no sea capturar momentos. Y sé que lo haré hasta el último día de mi vida. No me preocupa qué tecnología venga, ni los cambios del mundo: sé que esta es mi vocación.
Viajo cada vez que puedo. Me pierdo con mi cámara en mano, retratando lugares, personas y emociones. Cuando no estoy viajando, sigo buscando rostros que quieran ser fotografiados. A veces no es fácil, pero no me detengo: no me imagino haciendo nada más.
Amo el mar. Siempre busco la forma de volver a él, y sueño con que mis últimos años transcurran frente a sus olas, cámara en mano, en paz con lo que soy y lo que hago.
